El conflicto actual entre Israel y Palestina se remonta a eventos históricos y políticos que datan del siglo XIX y que han evolucionado a lo largo del tiempo. Desde la declaración de independencia del Estado de Israel en 1948, los conflictos entre árabes y judíos han sido continuos.

El movimiento sionista surgió a mediados del siglo XIX entre intelectuales judíos en Europa Oriental y Central. Era una ideología que reclamaba la creación de un Estado soberano judío en Palestina, apelando al principio del nacionalismo. Para ello, el movimiento sionista financió la Aliyah (migración) de judíos a los territorios bajo control otomano en el Mediterráneo oriental.

Durante la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña trató de conseguir el apoyo de judíos y árabes en Oriente Medio con promesas contradictorias. Por un lado, apoyaron la creación de un Estado judío en Palestina; por otro, prometieron a los árabes el control de un amplio territorio que abarcaba gran parte del Imperio Otomano.

Tras el fin de la guerra, EEUU inició una investigación sobre el proceso de gestión de los antiguos territorios otomanos. El resultado fue el Informe King-Crane, que cuestionaba la viabilidad de la creación de un Estado judío y abogaba por la creación de una «Gran Siria», que incluyera los Mandatos británicos en Siria, Jordania y Palestina.

En 1922, «El Libro Blanco» de Churchill, Primer ministro del Reino Unido, trató de mejorar las relaciones con judíos y árabes. El documento utilizaba la expresión «hogar nacional judío» en lugar de «Estado». Además, dividió el Mandato británico de Jordania en dos Mandatos separados: Palestina y Transjordania. 

Más tarde, se produjo la revuelta árabe de 1936. El gobierno británico envió a Earl William Peel a Palestina para investigar las causas del levantamiento. Peel recomendó la abolición del Mandato de Palestina y la creación de dos entidades (por primera vez): un Estado judío en la costa central y septentrional; y un Estado árabe en el resto del territorio. Con una zona administrada internacionalmente alrededor de Jerusalén. Tanto judíos como árabes rechazaron la propuesta.

Ante la inminencia de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico convocó una conferencia en 1939 entre líderes árabes y judíos, que no alcanzó ningún acuerdo significativo. La nueva postura del gobierno británico en “El Libro Blanco” de 1939 era apoyar a los árabes, ya que la reconstrucción británica tras la guerra dependía del acceso al petróleo de Oriente Próximo. Para ello, limitaron y negaron la entrada a Palestina a los refugiados judíos y a los supervivientes del Holocausto. 

Como reacción, la Agencia Judía, que representaba a la comunidad judía frente a las autoridades del Mandato británico, comenzó a abogar por la rebelión abierta y la lucha violenta. Como los gastos de mantener el Mandato eran demasiado elevados para Gran Bretaña, decidieron buscar un acuerdo basado en la partición del territorio. El Alto Comité Árabe de Palestina rechazó la partición mientras que la Agencia Judía cambió su posición y apoyó el acuerdo.

Gran Bretaña remitió la cuestión a las Naciones Unidas en 1947. El Comité Especial de Naciones Unidas para Palestina (UNSCOP) concluyó que el territorio debía ser dividido en condiciones de igualdad, con Jerusalén como zona internacional. La Resolución 181 de Naciones Unidas de noviembre de 1947, exigió la partición del Mandato de Palestina siguiendo las bases de la UNSCOP.

Israel declaró su independencia el 14 de mayo de 1948, reconocida por EEUU y la URSS. El mismo día comienza la Guerra de Independencia de Israel, que fue capaz de hacer frente a los ejércitos árabes invasores de Egipto, Irak, Jordania, el Líbano y Siria. Además, Israel amplió su territorio, excepto la Franja de Gaza que fue anexionada por Egipto y Cisjordania anexionada por Jordania. Como resultado, cientos de miles de palestinos abandonaron el territorio de Israel. 

En 1967, Gamal Abdel Nasser, presidente de Egipto, unificó la fuerza militar árabe para destruir el Estado de Israel. Más de 100.000 soldados egipcios se concentraron en el Sinaí, cerrando el Estrecho de Tirán y expulsando a la operación de mantenimiento de la paz de la ONU (allí desde la crisis de Suez de 1956).

Como respuesta, Israel lanzó un ataque sorpresa, los aeródromos y defensas aéreas egipcias fueron destruidos, dando a Israel el control aéreo. La guerra duró 6 días, y finalizó con una victoria completa israelí ante Egipto, Jordania y Siria. El Sinaí, la Franja de Gaza, Jerusalén, Cisjordania y los Altos del Golán fueron ocupados por Israel. En 6 días, Israel destruyó algunos de los ejércitos árabes más poderosos y triplicó su tamaño. En 1978, con los acuerdos de Camp David, Egipto e Israel firmaron la paz.

La Guerra de los Seis Días de 1967 supuso la conquista israelí de Cisjordania y el traslado de la sede de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) al Líbano. La OLP era la principal institución político-militar palestina: llevaba a cabo operaciones terroristas y de guerrilla contra Israel. 

La OLP tomó el control de los campos de refugiados palestinos en el Líbano y lanzó ataques contra Israel desde el norte sin tener en cuenta la soberanía libanesa. Como consecuencia, Israel preparó una invasión al Líbano para responder a los ataques de la OLP y destruirla. En la Operación Paz para Galilea de 1982, el ejército israelí llegó hasta Beirut, sitiando la parte musulmana de la ciudad.

En 1987, estalló la Primera Intifada, un levantamiento palestino contra la ocupación israelí en los territorios palestinos. Para poner fin a los numerosos enfrentamientos, disturbios y actos de violencia, Israel y la OLP firmaron los Acuerdos de Oslo en 1993. Según estos acuerdos, se creó una Autoridad Palestina con control limitado sobre partes de Cisjordania y la Franja de Gaza.

Tras ese momento, se produjo un estancamiento en las negociaciones de paz; a pesar de los esfuerzos, no se ha logrado un acuerdo final entre Israel y los palestinos. Las diferencias sobre temas clave como las fronteras, los refugiados, Jerusalén y la seguridad continúan siendo obstáculos importantes.

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