La guerra entre Israel y Hamás se ha extendido a los países vecinos en forma de protestas o ataques transfronterizos. Estos países temen una afluencia masiva de refugiados a medida que se agrave el conflicto. Además, la tensión aumenta por la posibilidad de que se abra un segundo frente en la frontera con Líbano.

Desde el inicio de la guerra, la frontera entre Israel y Líbano ha sido protagonista de múltiples ataques diarios entre las Fuerzas de Defensa de Israel y militantes de Hizbulá respaldados por Irán. La milicia chií ha prometido su apoyo a Hamás, ya que cuenta con una capacidad militar muy superior a la del grupo militante palestino.

El asesinato de Saleh al-Arouri, vicepresidente del buró político de Hamás, este martes en un ataque con dron en un suburbio de Beirut, ha aumentado la tensión en la región. El ataque se produjo cerca del cuartel general de Hizbulá en el barrio de Dahiyeh en la capital de Líbano.

Israel no ha reivindicado la autoría del ataque, pero un funcionario israelí y dos estadounidenses han afirmado a los medios que «Israel estaba detrás del bombardeo». El ataque ha incrementado el temor a que la guerra se extienda más allá de la Franja de Gaza y que los ataques del grupo militante Hezbolá contra Israel se intensifiquen. 

Por su parte, el primer ministro libanés en funciones, Najib Mikati, ha condenado el atentado y lo ha calificado de «crimen israelí» dirigido a arrastrar al Líbano a la guerra de Gaza. Mikati ha presentado una queja ante el Consejo de Seguridad de la ONU contra el «flagrante» ataque, que considera una «violación israelí de la seguridad libanesa».

Egipto ha asumido el papel de mediador entre israelíes y palestinos «para llegar a un acuerdo que ponga fin al conflicto en curso». Comparte frontera con Gaza y fue el primer país árabe en reconocer el Estado de Israel. Pero, según fuentes del Gobierno, Egipto podría haber congelado oficialmente su papel de mediación en el conflicto tras el asesinato de Saleh al-Arouri.

Las autoridades egipcias han insistido en el papel indispensable de Egipto en el proceso de paz: «En ausencia de mediación egipcia, la gravedad de la crisis puede escalar y empeorar más allá de las estimaciones de todas las partes». De momento, Egipto no ha comunicado formalmente esta medida.

Egipto, actuando como mediador, ha presentado un plan de «diálogo nacional palestino» para poner fin a la guerra en Gaza. El diálogo pretende resolver las divisiones entre facciones, establecer un «gobierno tecnocrático» en Cisjordania y Gaza, supervisar la reconstrucción de la franja devastada por la guerra y preparar el camino para la celebración de elecciones parlamentarias y presidenciales. El objetivo último es lograr el cese definitivo de los ataques a Gaza y la retirada del ejército israelí.

Por otro lado, Jordania, que ya cuenta con una gran población palestina, ha afirmado que no permitirá la entrada de más refugiados a su territorio. Además, desde que comenzó el conflicto, miles de manifestantes jordanos se han congregado en Ammán y otras ciudades para exigir el fin de los bombardeos y reclamar la independencia de los palestinos de Cisjordania y Gaza.

Mapa de la guerra entre Israel y Hamás, y sus países vecinos

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