¿Biden o Trump? Claramente ganará Trump. O así lo piensan al menos todas las personas a las que les he oído hablar del tema en el último mes. Profesores y compañeros, parece que todos son testigos del inexorable avance del expresidente hacia la Casa Blanca. 

Donald Trump (izquierda) y Joe Biden (derecha), candidatos republicano y demócrata, respectivamente.

Sin embargo, no parece todo tan claro al otro lado del Atlántico, ya que las últimas encuestas indican prácticamente un empate entre los dos contendientes. El siguiente en la lista: Robert F. Kennedy Jr., sobrino de JFK, un neófito que apenas alcanza el 3% de la intención de voto. Kennedy, que al principio de la carrera presidencial era candidato demócrata, ahora se postula como independiente, una práctica nada extraña en el sistema de eliminación por elecciones primarias de los partidos. Pero, ¿son estos los únicos que se presentan a las elecciones?

Cada partido cuenta con una votación primaria en la que se elige al que será presentado como candidato para las elecciones presidenciales, algo así como las primarias que se utilizan en España para que cada partido elija a su secretario general. Lo más común es que se presenten muchos individuos y que estos se vayan retirando a lo largo de la carrera, antes de las elecciones primarias.

Un camino de rosas para Biden

El actual presidente no ha tenido grandes dificultades para alzarse como ganador del Partido Demócrata. Entre sus oponentes se encuentran Marianne Williamson, autora de varios libros de autoayuda y consejera espiritual de la famosa Oprah Winfrey; el inversor de capital riesgo Dean Phillips; y el congresista de Minnesota Jason Palmer. Ninguno de ellos ha obtenido más de un 0’1% en las jornadas de votación primarias en el llamado Super Tuesday.

Robert F. Kennedy Jr., el único con posibilidades de ganar a Biden antes de presentarse como independiente.

Además, la victoria de Biden se hizo aún más evidente cuando Kennedy Jr. abandonó su oportunidad de presentarse como demócrata a principios de octubre y apostó por hacerlo sin el amparo de ningún partido.

Aluvión de enemigos para Trump

En una situación muy distinta a la de Biden se encontró Trump, cuando más de 13 candidatos se enfrentaron a él. Entre ellos, su antigua mano derecha, Mike Pence. Pese a la gran oportunidad que ofrece la vicepresidencia para los candidatos (Biden fue vicepresidente para Obama), Pence admitió la derrota de Trump en las elecciones de 2020, por lo que es considerado un traidor por los fanáticos de este. También se unieron a la carrera gobernadores como Chris Christie (Nueva Jersey), Nikki Haley (Carolina del Sur) y Ron DeSantis (Florida). Tras cinco debates muy polémicos, a los que no acudió Donald Trump, apenas llegaron al Super Tuesday Nikki Haley y el antiguo presidente. Después de unos resultados muy negativos en la votación, Haley se vio obligada a abandonar.

Nikki Haley y Ron DeSantis, últimos en abandonar la carrera, se encuentran en el cuarto debate republicano.

Así es como llega la secuela de la situación de 2020, en la primera vez que se repite un enfrentamiento entre dos candidatos desde 1956, aunque esta vez quizá hubiera podido ser distinto. A mediados del año pasado surgía No Labels, una supuesta tercera vía para los votantes descontentos con los Demócratas y los Republicanos. La popularidad de esta alternativa fue engrosando su lista de seguidores hasta que, a principios de abril, el grupo centrista anunció que abandonaba la idea de presentarse al no poder encontrar un candidato adecuado.

Terminaba así la idea de una Casa Blanca distinta, más de 170 años después de que fuera elegido Millard Fillmore en 1853, el último presidente no perteneciente ni al Partido Demócrata o Republicano.

A casa vieja, puerta nuevas

Aunque los partidos y los candidatos son los mismos, cada uno cuenta con sus propias amenazas a las que hacer frente. Según las últimas encuestas, más de un 55% de los votantes están descontentos con Biden, especialmente por la inflación, la retirada precipitada de Afganistán, la inmigración ilegal y su política exterior en Oriente Medio.

Trump, que cuenta con un índice de desaprobación parecido al de Biden, ha de enfrentarse a 4 procesos judiciales que, hasta el veredicto favorable de la Corte Suprema en marzo de este año, no estaba claro si podían impedir que incluyera su nombre en las papeletas.

A fin de cuentas, y a pesar de que se pinte como una nueva lucha, las elecciones de este año no dejan de ser una competición entre la popularidad de dos agendas. Sea quien sea el que alce su mano durante el Día de la Inauguración, lo único seguro es que encontrará una fuerte oposición desde el primer día.

Biden jura su cargo el Día de la Inauguración.

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