El vicepresidente de El Salvador Félix Ulloa explica los puntos clave de cómo se encuentra el país tras el mandato del presidente Nayib Bukele.

El vicepresidente y Doctor Cum Laude en Derecho Félix Ulloa (Chimaneca, 1951) obtuvo su título de abogado en la Universidad Complutense de Madrid en 1979. Tras un largo recorrido académico en diferentes países, empezó como magistrado del primer Tribunal Supremo Electoral de El Salvador y llegó al cargo actual de vicepresidente en el 2019, con el partido Nuevas Ideas liderado por Nayib Bukele tras ganar las elecciones salvadoreñas. En esta entrevista nos explica diferentes puntos clave actuales de El Salvador.

Tras las medidas tomadas por el Gobierno de Nayib Bukele, ¿cómo se encuentra el Salvador tras cinco años de presidencia?

Después de cinco años de Gobierno del presidente Bukele, El Salvador es un nuevo país. Las transformaciones profundas no solo en seguridad sino también en educación, salud, medio ambiente, en definitiva las obras de infraestructura están a la vista y eso es lo que la población aprecia, por ende en este segundo mandato el presidente fue electo con un 85% de los votos de la población, es decir una extraordinaria mayoría que no se ve comúnmente en ninguno de los sistemas de democracia liberales. Eso es lo que puede expresarse dentro de un pueblo como la satisfacción y el endoso para la gestión de un presidente.

¿Cómo ha sido la guerra contra las pandillas? ¿Ha llegado a su fin?

La guerra contra las pandillas no ha llegado todavía a su fin. Es un proceso que va a tomar más tiempo. En la parte represiva se ha ganado con la desarticulación de las estructuras criminales. Hay más de setenta y seis mil pandilleros detenidos, pero todavía hay mucho trabajo por hacer. Estamos en la sexta fase del Plan Control Territorial que es la de integración social. Se cumplieron las otras fases como la de recuperar el territorio, devolver los servicios públicos a las comunidades, combatir a las pandillas, extraerlos en la fase de extracción que era la quinta fase, conocer con militares donde ellos estaban escondidos. Fue una guerra que se declaró siguiendo lo que se llama en Derecho Internacional Humanitario el Jus ad bellum, este es el derecho que tienen los estados para defender a su población cuando es atacada. En este caso los ataques a la población salvadoreña eran notorios debido a que más de cuarenta y un mil salvadoreños fueron asesinados en la última década antes de nuestro gobierno, del 2009 a 2019 en los dos gobiernos del FMLN. El reporte del Instituto de Medicina Legal fue de cuarenta y un mil asesinados sin contar desaparecidos, secuestrados, mujeres violadas , niñas violadas, etcétera. La población estaba siendo atacada por estas bandas criminales y el Estado salió en defensa haciendo uso del Jus ad bellum.

La vigilancia y encarcelación masiva de los pandilleros ha sido todo un reto para el Estado. ¿Cómo han conseguido llevarlo a cabo?

La vigilancia y el encarcelamiento de los prisioneros en este momento están bajo detención administrativa. Se están haciendo procesos judiciales para que se determine si salen libres o son condenados. Están confinados en el CECOT, que es el Centro de Confinamiento del Terrorismo. Es una cárcel especial que se construyó en tiempo récord, fuera de las ciudades en las zonas donde no se afectan las comunicaciones ni la circulación, como es el sistema penitenciario actual. La mayoría de los centros penales están localizados en las ciudades y eso afectaba mucho, ahora el control se mantiene en el Estado con altas medidas de seguridad. Es un centro penitenciario construido especialmente para eso y con las técnicas de seguridad modernas, con un sistema de vigilancia seguro, esto es debido a que antes era común que se escaparan los reos, tanto por la facilidades de las instalaciones como por la complicidad de algunos de los policías que estaban encargados de su vigilancia. Ahora todo eso ha sido eliminado y con la tecnología actual se pueden tener las audiencias judiciales desde el centro penitenciario sin necesidad de trasladarlo a los tribunales. Esto elimina la posibilidad de fuga que se utilizaba anteriormente.

Desde la llegada de Bukele a la presidencia uno de sus objetivos ha sido conseguir un impulso económico, ¿cómo se notan estos avances en el día a día del país?

Una vez resuelto el tema urgente y principal que era la seguridad del país es ahora el país más seguro de las Américas en todo el hemisferio occidental. Antes lo era Canadá, también Chile, Costa Rica y ahora El Salvador. Es el país más seguro y con la tasa de homicidio más baja en relación a las mediciones internacionales que hay, estamos con menos de 2.5 homicidios por cada cien mil habitantes. Ya cumplimos más de seiscientos días con cero homicidios desde la llegada del presidente Bukele. Antes éramos el país más violento y en 2015 el periódico inglés The Guardian calificó al Salvador como la capital mundial del homicidio. Se produjeron más de novecientos homicidios en solo el mes de agosto de 2015, ahora tenemos seiscientos días con cero homicidios. En este sentido se resuelve el tema de seguridad y ahora vamos al despegue económico. Los motores que se están impulsando son el turismo, la inversión en energías renovables, la inversión en la economía digital de las criptomonedas y la innovación de la tecnología. Se han aprobado varias leyes para facilitar el comercio tecnológico y se ha aprobado una ley que exime de impuestos durante los primeros diez años a las empresas que inviertan en el campo tecnológico. Para este segundo quinquenio la apuesta es el crecimiento económico, también impulsado con la inversión pública porque habrá inversiones en grandes obras de infraestructuras. Se están construyendo autopistas, carreteras, un nuevo aeropuerto, un tren del Pacífico. Grandes proyectos en los cuales la inversión pública va a estimular el crecimiento económico.

Una de las medidas para la recuperación económica del país ha sido la aprobación de la ley Bitcoin en el 2021, tras un informe beneficioso de JPMorgan, ¿cree que más países puedan copiar esta ley o cree que prefieran la estabilidad de Fondo Monetario Internacional?

El caso de la economía digital y después de haber aprobado el Bitcoin como moneda de curso legal en septiembre del 2021, se colocó el país a la vanguardia en este tipo de economía del siglo XXI, de hecho ya los Estados Unidos han aceptado regular las criptomonedas también llamadas ETS en inglés Exchange Trade Security. Debido a esto el país ha presenciado una afluencia enorme de personas que trabajan en esta economía y en las finanzas digitales, ahora mismo tenemos grandes inversionistas y bitcoiners. Ya ha habido reuniones mundiales en San Salvador de personas que trabajan en esta rama de las finanzas y ahora se acaban de lanzar los bonos Volcán, que va a permitir construir la ciudad de Bitcoin City, a la falda del volcán Conchagua. Con la venta de estos bonos que ya han salido y van a traer mucha inversión, porque la criptomoneda dejó de ser esa forma especulativa que se le había considerado y por lo cual no solo JPMorgan sino las calificadas de riesgo como la Moody’s habían calificado El Salvador muy bajo. Ahora el Salvador ha recuperado su prestigio como un estado, no solo porque pagamos la deuda externa a tiempo aún antes de que se venciera, sino porque estamos haciendo un buen uso de la regulación de estas criptomoneda o de estos activos digitales.

¿Qué haría el Estado si el bitcoin perdiese valor en el mercado?

El Bitcoin como todo activo que está dentro de los mercados financieros internacionales sube y baja, de hecho en alguna ocasión bajó hasta cifras de menos de veinte mil dólares y El Salvador había comprado a más de cuarenta mil, todos los economistas y la oposición política dijeron que el Salvador estaba perdiendo o que había perdido mucho dinero, la verdad es que no se perdió ni un centavo porque tú pierdes cuando compras caro y vendes barato, pero El Salvador no compró los bitcoin para revenderlos, por lo que no es una operación de bolsa de valores, sino que se compraron como activos para reserva. Ahora que el bitcoin subió arriba de sesenta mil dólares podríamos decir que El Salvador está ganando, pero la idea es mantener esa reserva para cuando el bitcoin llegue, porque hay un límite de emisión de Bitcoin, cuando alcance su máximo rendimiento, El Salvador va a tener asegurada esa inversión puesto que ya no es el patrón oro el que más les asegura la reserva, ya que tenemos reservas en bitcoin, así que si sube o baja es un comportamiento de los mercados financieros, pero El Salvador va a tener ahí asegurada su reserva estratégica con esta criptomoneda.

Tras la reciente visita a China para el Tratado Internacional de Libre Comercio, ¿ven a China como un país que pueda invertir y cooperar en El Salvador?

De hecho se está negociando el tratado de Libre Comercio con China. Ya hay tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y con otros países, pero en este caso China es uno de los países con una economía más fuerte a nivel mundial. Es casi es la primera potencia mundial, Estados Unidos le debe más a China que lo que China puede deberle a Estados Unidos. En este intercambio no es solo una balanza comercial, sino son otro tipo de operaciones financieras China es un aliado para muchos de los países en vías de desarrollo que han encontrado en los organismos financieros internacionales tradicionales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo muchos obstáculos o intereses muy altos o condiciones que afectan socialmente los pueblos, en cambio de China cuando hace inversiones no pone condiciones, lo hace de manera normal quizás generosa. Nosotros hemos beneficiado con más de seiscientos millones de fondos no reembolsables, los cuales han sido proyectos para la construcción de la Biblioteca Nacional, un nuevo Estadio Nacional plantas potabilizadoras de agua, un parque de diversiones Sunset Park. Hay una excelente relación en este momento con la República Popular China.

Tras el respaldo del presidente y siendo usted uno de los mayores partícipes del proceso de integración de las cinco repúblicas centroamericanas, ¿en qué estado se encuentra actualmente este proceso?

La integración centroamericana (Sica) es un sueño de hace más de 200 años. Desde que creamos la República Federal en 1824 hasta la fecha, pero el proceso tiene sus luces y sus sombras. Tuvimos en el siglo XIX durante más de diez años la República, pero luego fue saboteada por las fuerzas conservadoras de la época, especialmente las fuerzas de la Iglesia Católica, que perdieron muchos de sus privilegios, sus tierras, aliados con otros sectores conservadores lograron desarticular la República Federal. Se han hecho varios intentos en donde otros países, como cuando se creó la República Mayor, con Honduras, El Salvador y Nicaragua. Otros proyectos que se hicieron en la Constitución de 1925 de Repúblicas de Honduras, Guatemala y El Salvador, pero no hemos logrado reconstruir la República Federal. Por eso el sistema de integración que fue creado en 1991 con el protocolo de Tegucigalpa crea este sistema de integración que también ha tenido sus altas y bajas y ha habido momentos importantes de desarrollo de crecimiento y momentos como el que tenemos ahora, donde no hay secretario general, porque le corresponde a Nicaragua y la situación de Nicaragua es muy complicada, por eso hemos pasado un buen tiempo, son cuatro años en la Secretaría General, y solo hemos tenido un período corto que estuvo Werner Vargas, nombrado por el gobierno nicaragüense, pero también del mismo gobierno de Nicaragua lo destituyó y a la fecha no tenemos un secretario general. Eso no implica que la integración no funcione a base del sistema y como hicimos nosotros recordando la ley del desarrollo desigual y combinado no siempre va a haber condiciones homogéneas en el Centroamérica para la unidad, siempre han habido estos encuentros y desencuentro con traiciones entre líderes, entre presidentes, entre fuerzas y sectores económicos, políticos etcétera. Lo importante es que logremos encontrar los puntos de coincidencia y avanzar. El Salvador presentó una propuesta sobre la reestructuración del Sica con una revisión integral del protocolo de Tegucigalpa que tiene más de 32 años. Nuestro sueño es tener la Unión Centroamericana como un ente autónomo y distinto además de separado de los estados que integran, que pueda funcionar con instituciones comunitarias, que pueda tener una legislación comunitaria, un tribunal. Tenemos la Corte Centroamericana en justicia, aunque solo hay cuatro países que reconocen su competencia, pero estamos en esa batallada. Ahora el presidente Bukele es un integracionista y creo que en estos próximos cinco años le vamos a tratar de dar otro impulso al Sistema de Integración Centroamericana.

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